lunes, 4 de octubre de 2010

Tiburón

Te digo esto porque me caes bien. Están haciendo recortes arriba, y los mandos intermedios se tiran de los pelos. Les piden más trabajo en menos tiempo, y se los llevan el fin de semana que viene a una sesión de coaching en la Sierra de Espadán. Sí, ya sabes, esas movidas de autoayuda para ejecutivos...

Los llevan en piragua por ahí, y les hacen gritar consignas juntos y tal, para que estén más motivados cuando vuelvan a la oficina, y se den puñaladas traperas con más entusiasmo. Ya sabes cómo les va a los jefecitos estos... No son como nosotros, que hacemos piña. Si supieran el equipo que tienen, lo bien que trabajamos juntos, nos subirían los incentivos por venta. Pero ya ves...

Total, que parece que hubo problemas con la cuenta Gomis. No, no te preocupes. Yo también pensaba que iba bien, pero se ve que han visto algo raro, y lo están mirando con lupa. A mí me preguntó Sánchez el otro día. Me llevó a su despacho, me puso un whiskey... ¡Cardhu, no te lo pierdas! Luego no hay dinero en la empresa... Total, me preguntó directamente por ti y por la cuenta Gomis. Yo le dije que respondía del trabajo al cien por cien. Como se puso muy pesado, y no se fiaba de nada, le he dicho que en realidad llevé yo los números, porque tú eres novatillo. Que asumía toda la responsabilidad de la cuenta. Y creo que se quedó más tranquilo, pero no sé.

Ya, ya sé que parece que era una cuenta grande y sin huecos, pero vete a saber, que estos tíos son unos cabrones de tres pares. No hace falta que me des las gracias, que aquí todos vamos en el mismo barco. Tú céntrate en las otras cuentas más pequeñas, que ahora no las están controlando tanto, y todo irá de puta madre.

Nada, nada, no hace falta que me pagues el café. Mira, te invito yo, que el otro día me dieron un incentivo. ¡Hale, campeón, a seguir partiendo la pana!

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