jueves, 7 de octubre de 2010

Lo peor de todo

No quedan horas para mí ni para nadie,
 sólo quedan arcadas de angustia y bilis
y ruletas rusas de confusión
 como en los espejos que se cruzan entre tu incertidumbre
 y la asfixia que derrite cualquier atisbo de alegría
 y no me queda nada más que sacarte los ojos
y devolvértelos en forma de sudario
y destrozar tu ataúd a patadas hasta que tus huesos se hagan polvo
hasta que tu mandíbula quede partida por la osadía de verte morir entre risas
aunque lo que más querría detrás de toda palabra es poder decirte que te quiero
aunque el amor no sea más que una palabra que agoniza por las esquinas
aunque te balancees con la mirada al infinito de un lado a otro
con los ojos vacíos y apagados
en una cuerda empapada en tu propia sangre.

Pero lo peor de todo es eso...,
 que me gustaría poder decirte que te quiero
 y que además fuera verdad. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario